Una rápida comparativa entre una pareja tóxica y un cliente tóxico.
- Relación de pareja tóxica:
- Imagina una relación súper tóxica, ¿sabes? Donde uno de los dos manipula, insulta, controla y no tiene ni pizca de respeto por el otro.
- La comunicación es como una guerra constante, siempre hay discusiones a todo volumen y nadie se pone en los zapatos del otro.
- Hay un desequilibrio tremendo de poder, una persona tiene el control total y el otro vive con miedo y desconfianza constante.
- Estas relaciones son tan agotadoras emocionalmente, te dejan con la autoestima por el suelo y tu salud mental pide auxilio.
- Cliente de una empresa tóxico:
- Ahora, imagina a un cliente tóxico en una empresa, ¡súper exigente y sin sentido común! Es como si quisiera hacer enojar a todo el mundo.
- La comunicación con este cliente es como un huracán de negatividad y agresividad. El equipo de la empresa vive en un ambiente tenso y estresante.
- Este cliente tóxico te pide cosas sin sentido, cambia las reglas del juego todo el tiempo o simplemente no cumple con lo que acordaron.
- La verdad, tener a un cliente así puede hacer que el equipo de trabajo se sienta fatal, baja la moral y la productividad, ¡es un ambiente laboral de pesadilla!
En ambos casos, ya sea en una relación de pareja tóxica o con un cliente de empresa tóxico, hay un desequilibrio en el poder y una dinámica negativa que afecta la felicidad y el bienestar de las personas involucradas.