La música, así como la publicidad transmite emociones y mensajes.
¿Cómo podemos escoger un género que vaya ad hoc con la percepción que busca una marca en su comunicación?
Para empezar, ¿qué diablos es la música? La música, es el arte de bien combinar sonidos y silencios a un tiempo, y consta de 3 elementos básicos: ritmo, melodía y armonía.
Ritmo, el motor de la música. Es el flujo de movimiento controlado o medio, sonoro o visual, según corresponda, que estará producido por una ordenación de elementos diferentes en el medio que se trate.
Melodía, lo que deja huella. Es una combinación libre de las notas de una escala relacionando duración (sonidos cortos/largos) y altura (sonidos graves/agudos).
Armonía, se siente pero no se escucha. Es la parte de la música que regula la relación sonora entre una melodía y su acompañamiento
Lo primero que debemos de determinar al buscar musicalizar materiales de comunicación es la personalidad de nuestra marca, el objetivo del medio, su naturaleza y finalmente el escenario en donde se desarrolla la historia.
La música dentro de cualquier aplicación es un elemento más que acompaña el paquete de elementos racionales y emocionales que se comunican, y si no lleva coherencia dentro del constructo, será muy complicado que el receptor pueda descifrar o vincular estos atibutos que perseguimos hacerle llegar.
Ver ejemplo: Mr. Clean